domingo, 6 de mayo de 2007

MITOS SOBRE EL AUGE ECONÓMICO DE CHINA


China y los MITOS del auge económico

CARLOS AVILÉS
ENVIADO

SHANGHAI. — Una de las primeras cosas que llama la atención tan pronto como empieza a quedar atrás el aeropuerto y se avanza entre las avenidas de esta ciudad, considerada la más moderna de China, es la cantidad de vehículos nuevos que circulan al lado de un constante fluir de camiones viejos, ya sea de carga o de materiales de construcción, así como de bicicletas desgastadas que van a paso firme pero sin prisa.

Quizás esa estampa dejaría de ser importante si se tratara de otro país, pero no en el caso de China, una nación en la que los mitos y las realidades se mezclan, y la nueva riqueza contrasta con la pobreza de siempre.
Las ciudades principales de este país se han convertido en zona de obras. Se construyen con celeridad enormes edificios financieros y habitacionales, no obstante que apenas en marzo pasado, fue cuando se aprobó una ley para permitir la propiedad privada entre sus habitantes. Ahora pueden aspirar a tener una casa propia.

De esta forma, el primer mito es seguir pensando que China todavía es una república comunista, cuando ha dejado de serlo.

La primera realidad que se opone a los mitos que caracterizan a este país, que encabeza la lista de distribución y consumo de productos pirata —de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), en el que todo se puede falsificar o “renovar”, es que no sólo copió, desde finales de la década de los años 70, el modelo capitalista, sino que incluso lo reinventó, un problema para los economistas quienes aún no saben en dónde ubicar este sistema económico.

Lo único cierto para ellos es que, si las previsiones no cambian, China puede convertirse en la principal potencia económica del mundo en el 2050, dejando atrás a Estados Unidos.

Es en este punto donde los mitos se cruzan con las realidades. Porque el hecho de que el país esté creciendo tan rápido y llegue a convertirse en la primera economía del mundo genera la idea de que es rico o que lo va a hacer muy pronto, pero no es así, asegura Pedro Videla, ex asesor del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), y profesor del IESE, una escuela de negocios para directivos y dueños de empresas de todo el mundo que forma parte de la Universidad de
Navarra, España.



Permanece la pobreza

Los niveles de pobreza que enfrenta China difícilmente podrán abatirse en los próximos 50 años, ni hacer que esta nación tenga el mismo nivel de vida de los países desarrollados, asegura Pedro Videla.
En esto coincide el director del Académico del IESE, Jaume Ribera, quien organizó un programa dirigido a altos ejecutivos de empresas de diversos países del mundo que deseaban conocer e introducirse en los principales temas relacionados con la economía y el mundo de los negocios en China, mediante un programa denominado “Inside China” que se llevó a cabo del 16 al 20 de abril pasado. Jaume Ribera asegura que con base en las estadísticas en las últimas décadas 300 millones de chinos han salido de los niveles internacionales de pobreza.

Riqueza de papel

La riqueza que se ha generado en China incluso generó que la revista Forbes elaborara una lista de las 400 personas más ricas del país, encabezada por un comerciante de electrodomésticos de 37 años llamado Wong Kwong-Yu, quien contaba con una fortuna de 2 mil 300 millones de dólares generados, principalmente, por el aumento en las compra de casas de la nueva clase media china.
Con esa lista, difundida en noviembre de 2006, la revista estadounidense demostró que 25de las personas más ricas de China tenía menos de 40 años, lo que, en opinión de la publicación, reflejaba el hecho de que la mayor parte de la fortuna de este país se ha forjado en la última década, a partir de la expansión de empresas de ventas minoristas, internet y bienes raíces, para satisfacer el mercado de consumidores en auge.

Pero, en contraste con esta situación, Jaume Ribera destaca el hecho de que más de 400 millones de chinos sobreviven con sueldos de menos de dos dólares al día. En realidad, la población pobre es la que permite generar la riqueza, ya que por su mano de obra barata esta nación se ha convertido, para diversos especialistas, “en la gran fábrica del mundo”.

Aunque este es un mito más, ya que se cree que todo lo que dice “Made in China” se elabora en empresas de este país, cuando en realidad, de acuerdo Jaume, “en los últimos 25 años China sólo ha manufacturado los productos de las grandes multinacionales, que son quienes se encargan de exportar los productos y venderlos en Occidente”.

Aunque advierte que esta situación está empezando a cambiar, porque los chinos ya no sólo quieren fabricar, sino también contar con empresas que se encarguen de distribuir y vender sus productos a todo el mundo.
Una prueba de ello es la compra que hizo Lenovo, una empresa China productora de computadoras, que adquirió la división de computadoras portátiles de IBM.

El costo humano

Otro mito sobre este tema, asegura, Pedro Videla es que el crecimiento de China tiene un costo humano muy alto por las condiciones casi de esclavitud que enfrentan los trabajadores en las fábricas instaladas en este país.

“No hay ningún costo humano —dice—. Esta gente está mil veces mejor de lo que estaría sin esta alternativa. Sin esta opción la gente estaría en el sector rural, en donde si comes un tazón de arroz al día es que vives muy bien”.

“El costo humano —agrega— es cero, por el contrario, para la gente es un beneficio. Lo que ellos llaman explotación o dumping social, para estas personas tienen otro nombre, es una gran oportunidad”.

El ex asesor del Banco Mundial Pedro Videla recuerda que durante la Revolución Cultural en China murieron 30 millones de personas, en el régimen comunista en el que no había desigualdad porque todos eran pobres.

Jaume Ribera también coincide en esto, porque recuerda que lo que se le critica a China es lo mismo que sustentó el desarrollo de los países europeos y hasta de Estados Unidos: “En occidente nos presentan la imagen de la fábrica en la que se está explotando al trabajador chino 14 horas”, señala.

El director del Académico del IESE agrega: “Habría que recordar que mi abuela empezó a trabajar a los 14 años en una empresa textil, trabajando 14 horas al día, y gracias a los trabajos de mi abuela y los de su generación, pues España está en estos momentos en donde está”.

En China, añade, “tenemos que permitirles que se muevan en esta dirección, sino lo hacemos sería como si nosotros hubiéramos subido por una escalera y cuando ya estamos arriba, apartamos la escalera y decimos que no, que China tiene que subir de otro modo”.

Al respecto, Pedro Videla afirma que a las personas que dicen que esto es horrible hay que recordarles que todo el mundo se ha beneficiado de este sistema.
Porque Videla pregunta: ¿Quién no ha comprado algún producto hecho en China por sus bajos costos?
El abaratamiento en los costos de producción generado por la mano de obra china ha beneficiado a todos los países del mundo y en especial a la población que de otra manera no podría tener acceso, por ejemplo, a los nuevos aparatos electrónicos, si éstos fueran más caros.